Consejos de Bardo

¿No te han entrado nunca ganas de escribir tus propias historias? Al ver una película sensacional, al terminar un libro que desearías que continuara, después de oír un tema de música especialmente inspirador, tras encontrarnos una ilustración de alguno de los mejores dibujantes… Hay momentos en los que parece que nos toca una musa y querríamos ser capaces de crear algo como lo que acabamos de mirar o escuchar, pero, o bien no sabemos por dónde empezar o bien creemos que no seremos capaces de tanto.

Desde Crónicas de Edhalan queremos ayudaros para que todas esas ideas salgan a flote. Por eso hemos inaugurado esta sección, en la que, lejos de considerarnos maestros impartiendo su sabiduría, compartiremos las pautas y pequeñas directrices que seguimos a la hora de escribir nuestras gestas épicas. Estamos seguros de que, una vez que le cojáis el ritmo, acabaréis aportando vuestros propios consejos.

El consejo con el que os dejaremos hoy es que nunca penséis que lo que vayáis a crear no valdrá la pena. Temblamos al pensar qué habría pasado si Homero o Tolkien se hubiesen dicho a sí mismos semejante barbaridad. Es cierto que no nos tiene por qué salir una brillante trilogía a la primera; tampoco podemos esperar que lo que escribamos entusiasme a todo el mundo, pero lo principal es que nosotros nos sintamos satisfechos con nuestra obra. Para esto, como para todo en la vida, nunca hay que menospreciarse.

Escribir tus propios relatos es una tarea muy gratificante, estimula la imaginación, mejora nuestro uso del lenguaje, pero sobre todo ¡es increíblemente divertido! Es como crear tu propia película, con los actores que tú quieras y el guión que más te guste. Si sigues con nosotros, te iremos guiando en esta tarea que a lo mejor al principio te parece difícil, pero luego se convertirá en un sano y emocionante pasatiempo.